Comunicado de apoyo al Sindicato Andaluz de Trabajadores [SAT]

Desde la Asamblea Popular de Carabanchel no podemos más que aplaudir la acción ejercida por el SAT esta semana. De esta manera, han conseguido situar en las portadas de toda la prensa nacional uno de los problemas de más envergadura, el aumento de la pobreza en el país, tomando la palabra y la acción para dirigir la actualidad más allá de las Olimpiadas o de que las noticias las decidan otros.

De forma asamblearia, el SAT ha tomado dos decisiones de hondo calado político: la expropiación de fincas para generar empleo ahora que todos los empresarios se dedican a destruirlo y la expropiación de alimentos de primera necesidad.

Para el primer acuerdo se tomó la finca Las Turquillas, cuyo propietario es el Ejército y no un particular. ¿Para qué quiere el Ejército un terreno perfectamente cultivable y al que no se le estaba dando ningún uso? Es una acción legítima, sobre todo, si tenemos en cuenta que la concentración de la propiedad de la tierra es un 10% mayor que en la 2ª República y entre cuyos propietarios, por poner un ejemplo, figura la Duquesa de Alba, hija predilecta de Andalucía y dueña de 35.000 hectáreas por las que recibe unas subvenciones anuales por valor de 3.000.000 de euros y que, sin embargo, no ha hecho nunca nada por esa tierra. Esto, enfrentado a que en esas mismas tierras hay familias que no pueden comer, explica el por qué de la ocupación de fincas, para garantizarles el alimento y una vida digna.

Para el segundo acuerdo se entró en un gran supermercado, Mercadona, y se sacaron nueve carritos llenos de alimentos sin pagarlos. ¿Por qué es una decisión política y no una ilegalidad?: Mercadona es una de las macroempresas de distribución de alimentos que ayudan a la concentración de la distribución alimentaria, destruyendo así a los pequeños comerciantes, fruteros, carniceros, mercados, pequeños ultramarinos, etc, que son uno de los sustentos de la economía del país. Además, negocia directamente con los agricultores, estableciendo relaciones laborales de explotación en las que se ajusta el precio de los productos que el agricultor termina vendiendo casi sin márgenes de beneficios o por debajo de estos sólo por salvar la cosecha. Por otro lado, para que resulte rentable, el agricultor se ve obligado a usar sus recursos en monocultivo, rompiendo así con los principios de sostenibilidad ecológica en la agricultura que sí defiende el SAT. Las propias trabajadoras de los supermercados son contratadas de forma precaria, sin respetar horarios y con varias sentencias que denuncian la falta de una política empresarial que ayude a la conciliación de la vida familiar y profesional. Todas ellas, trabajadoras y agricultoras, son parte de este 99% de familias que están sufriendo más los recortes del gobierno central: subida del IVA, ampliación de la vida laboral hasta los 67 años, precarización ante el acceso a la sanidad, peores servicios públicos, peores condiciones de vida. Por el contrario, la política de empresa olvida a las personas y prioriza los beneficios, como cualquier empresa capitalista, tirando a la basura la comida para mantener la productividad, sin ninguna penalización gubernamental en un momento de extrema necesidad. Es más, como viene denunciando la APC, en Madrid existe todavía una legislación que penaliza la recogida de alimentos de la basura en Mercamadrid, con multas de hasta 300 euros. Por todo ello consideramos que es una acción legítima.

Con esta acción el SAT propone al gobierno “la promulgación de un decreto en el que se exprese que todos los productos alimenticios que sean perecederos con una fecha de caducidad de 5 días o menor, ya que el 80% de los supermercados tiran sus alimentos y solo un 20% colabora en este sentido, sean donados por las grandes superficies a un banco de alimentos, Cruz Roja u otra O.N.G, para aliviar a las familias que ya no tienen nada. Si el gobierno llevase a cabo esta medida, no se ocuparían más grandes superficies. Sin embargo, aunque este tipo de acciones puedan resultar desagradables, no queda más remedio que hacerlas cuando se ve de cerca el rostro de la miseria, el rostro de la desesperación, el rostro del hambre, en pleno siglo 21… y en Europa. Hay que acercarse a ver las realidades de los barrios marginales, y no tan marginales de las ciudades y de las zonas rurales deprimidas para darse cuenta de esto. Por ello, “la actitud de coger comida no es de extrema izquierda es de extrema necesidad” ¹.

Esta semana 120 familias de un bloque ocupado en el sevillano barrio de la Macarena han sido los beneficiarios de los 9 carros de garbanzos, arroz, pasta y aceite que el SAT sacó sin pagar de Mercadona, ya que en los carros solo había alimentos base recomendaríamos que hubiera habido un poco de chorizo para darle algo de gusto, o algún ministro, que es lo mismo.

36 de estas familias están desahuciadas por impago de sus viviendas y, en este edificio llamado “Utopía”, la gente no tiene ni agua ni luz, usando para mantener los alimentos neveras de playa con hielo picado. Entre estas familias, figuran casos como el de Vanesa, con tres hijos a su cargo, uno de ellos con minusvalía.

La comida procedente de los carros se repartió según el número hijos de cada familia y les proporcionará sustento durante una semana. Como podemos comprender, para estos padres y madres, el dar de comer a su hijos se ha convertido en una hazaña diaria y, por eso, la procedencia de los carros no les preocupa más que el poder alimentarlos. En la actualidad, el 22% de las familias están por ya debajo del índice de pobreza, con un 23% de paro y sin esperanzas de que esa cifra descienda. Según Cáritas, la pobreza en España ha aumentado un 10% desde el 2010 y hay previsiones de que siga aumentando. Con 84 millones de pobres en toda Europa, España encabeza la lista de mayor índice de población empobrecida, junto con Rumanía y Lituania. Unicef advierte que uno de cada cuatro niños españoles está en riesgo y la Comunidad Europea ya advierte de un nuevo tipo de pobreza: la del trabajador pobre; trabajadores y trabajadoras que a pesar de no estar en el paro, no llegan a fin de mes, situación que se agudiza si en la unidad familia hay menores.

Como podemos ver, la crisis no es una gráfica de color colorado que sube y que baja por un fondo azul con numeritos, ni una “prima de riesgo” que sube y que baja al antojo de los mercados, ésta es la cara de la crisis que los políticos y sus cómplices, los medios de comunicación, nos muestran para esconder los grandes beneficios que los grandes capitales se apropian a costa de la crisis real de las personas y para despersonalizar estas tragedias que a diario ocurren a nuestro alrededor.

¡¡No!! La crisis tiene cara, y es la cara de todas esas personas, con ojos y oídos, con carnet de identidad y con bocas que alimentar, que tenían casa y ya no la tienen, que tenían trabajo y ya no lo tienen. O este estado tiene vergüenza y lo atiende o este gobierno, que prometió todo lo contrario antes de coger el poder, tiene que irse porque ¡ya no representa a nadie!.

“Este gobierno es torpe, insensible, y no escucha las necesidades de la población a las que pretende dirigir. El PSOE tampoco las escucha, son dos caras de una misma moneda. Este acto no solo es un acto simbólico o una llamada de atención, es también una llamada a la rebeldía frente a esta situación, hay que rebelarse frente a la violencia que representan los recortes, ¿por qué no se toca la economía sumergida que asciende a 80.000 millones? ¿Por qué no se tocan las SICAV´s? ¿Por qué siempre caen sobre las espaldas del pobre? Mientras, los bancos privados compran dinero al BCE al 0.75% y se lo vende al estado en quince segundos al 6.5%, siendo esto el mayor robo y usura permitida legalmente. ¿No hay una ley que impida el robo de esos cientos de miles de millones? Se quiere decir que salgamos a la calle, que digamos ¡basta! ¡Que nos están pisando en lo más profundo! Para que estos señores nos oigan , que no ven, porque no hay más ciego que el que no quiere ver, están sordos ante este clamor, para que escuchen que los recortes están dejando al borde de la miseria a hombres y mujeres que hasta ayer eran clase media, pero ellos no se enteran, no tienen sensibilidad. Decía Gandi “El que tiene más de lo que necesita ya es un ladrón” y uno de los padres de la iglesia, San Ambrosio “Que el que es muy rico, muy rico, muy rico es muy ladrón, muy ladrón, muy ladrón”.”² Un gobierno responsable debería preocuparse por paliar esta situación; por crear un plan nacional contra la pobreza, un plan para crear empleo en vez de aplicar medidas de austeridad cuyas consecuencias ya estamos viviendo y debería rechazar tanto la carga sobre el pueblo de una deuda ilegítima que salva a los bancos y destruye a las personas.

Desde la APC nos solidarizamos con el SAT y mostramos todo nuestro apoyo a este tipo de acciones y animamos a participar en las distintas autoinculpaciones que se están presentando en las distintas ciudades del Estado: #Yotambiénmellevéuncarrito

Además, exigimos a la clase política que gobierne de una vez por todas para las personas y no para los mercados, y que promueva, diseñe y ponga en marcha políticas públicas que satisfagan las verdaderas necesidades de la ciudadanía y palien los problemas derivados de esta pobreza, que, como decíamos, aumenta cada día en España y que han convertido en una realidad la existencia de hogares en los que la posibilidad de mantener una alimentación diaria y equilibrada es prácticamente imposible.

Porque por encima de cualquier consideración política o macroeconómica, lo primero son las personas, el acceso a sus derechos y la cobertura de sus necesidades.

Nota 1 y 2: Parte de lo aquí recogido son las propias declaraciones de Juan Manuel Sánchez Gordillo, realizadas en una televisión de ámbito estatal el pasado sábado 11 de Agosto de 2012.