El pasado martes 4 de octubre fue detenido en Lleida y trasladado a la Audiencia Nacional (donde posteriormente fue puesto en libertad con cargos) el rapero Pablo Hasél . Esta detención se produjo por un supuesto delito de enaltecimiento del terrorismo. Según el juez de la AN, Fernando Andréu, Pablo Hasél habría incurrido en este delito en varias de las letras de sus canciones.
A pesar de las toneladas de demagogia y manipulación que han derrochado los medios para justificar esta detención, nos encontramos, una vez más, ante una operación de un claro carácter antidemocrático con la que el Estado vuelve a recordarnos que las libertades políticas que sobre el papel se nos reconocen no son reales: la policía y los jueces velan celosamente por ellas, es decir, porque no sean ejercidas jamás de una forma consecuente.
La nuestra es una libertad vigilada. Y así nos lo recuerdan constantemente.
Se da la circunstancia de que, en toda Europa, salvo en Turquía (éste es el espejo en el que nos miramos), no existen este tipo de delitos de apología o enaltecimiento del terrorismo, que son una clara herencia del franquismo, como lo es la propia AN, heredera directa del Tribunal de Orden Público franquista y éste, a su vez, del Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo de la posguerra.
Hay un hilo directo que une la actual represión política y la que se practicaba en tiempos del caudillo-por-la-gracia-de-dios.
Tampoco tenemos noticia de que, en la Europa que se encuentra más allá de los Pirineos, se haya detenido a un cantante o artista bajo ley antiterrorista en los últimos 60 ó 70 años. En esto, España vuelve a demostrar su “excepcionalidad”: la persecución política de determinados artistas, cantantes o grupos de música ha sido casi un “deporte nacional” para la judicatura española y, particularmente, para la AN.
¿Dónde está la democracia de la que tanto alardean nuestros políticos?
El nuestro es un movimiento por la democracia, por la auténtica democracia, y, por ello, independientemente de la coincidencia o no coincidencia que podamos tener respecto a las ideas expresadas por Pablo Hasél en las letras de sus canciones, no podemos sino oponernos de la manera más rotunda a este nuevo ataque contra nuestras libertades, denunciarlo, solidarizarnos con su situación, defender el derecho a la libertad de expresión que, como a cualquier ciudadano, le debería asistir y reivindicar, por tanto, la anulación inmediata de la causa judicial que le ha sido abierta.
¡¡ NO A LA PERSECUCIÓN DE LAS IDEAS !!
¡¡ LIBERTADES POLÍTICAS PLENAS !!
¡¡ STOP REPRESIÓN !!
Madrid, 8 de octubre de 2011
ASAMBLEA POPULAR DE VILLAVERDE
http://asambleavillaverde.es
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